Levantarse a las 3:30 fue un poco difícil, pero tan pronto como saltamos a la camioneta nos recibió el Sr. Sok Chea y Mong, el conductor. Ambos fueron super amables y se olvidó el sueño. Despertarse más temprano resultó ser un pequeño precio a pagar por las increíbles vistas que pudimos presenciar. Nuestro guía, el Sr. Sok, parecía conocer los flujos exactos de las multitudes y parecía que siempre estábamos un paso por delante de todos los demás, lo que nos permitió vistas y fotos sin obstáculos durante todo el día. Ankor Wat y los templos circundantes se hacen toda la justicia del mundo, tener una gran guía perspicaz con historias locales hizo que la experiencia fuera aún mejor. Disfrutamos muchísimo y ahora estamos pensando en reservar también la excursión al atardecer.