Desde mi asiento tenía una buena visión general de gran parte de la ciudad. Pude tomar buenas fotos y estuve muy relajado en el camino. Eso no hubiera sido tan fácil de hacer a pie. Era posible andar en bicicleta, pero no participé en una visita guiada. La guía turística fue muy agradable.

Estuvimos allí en un día de ranas, pero la vista desde ambos lados del canal sigue siendo fantástica, el guía turístico es muy amable y amigable, pero está bien informado para explicar claramente todos los lugares y responder las preguntas del cliente. Fue un viaje muy agradable para conocer las historias y culturas de Copenhague. Es mejor ver si elige sentarse fuera del canal, pero hacía mucho más frío debido al viento. Puede sentarse adentro, hay calefacción y el guía turístico usa un micrófono para asegurarse de que todos los clientes del interior puedan escucharlo con claridad.

Una hora entretenida y feliz

Lo que te cuenta la guía durante el recorrido no es nada nuevo (puede encontrarse en cualquier libro o blog) pero la afabilidad y calidez que destilan sus palabras transforma cada anecdota y dato histórico en algo divertido y feliz (hygge). Además, la guía simultaneaba el relato en inglés y castellano para adaptarse a los diferentes viajeros .Una experiencia grata y amable.