Atracciones imprescindibles de Cracovia
Puede resultar difícil para cualquier visitante primerizo elegir los mejores lugares para visitar en Cracovia. Sin embargo, hay algunas atracciones que no puedes dejar de ver en tu primera visita a Cracovia. Conoce la ciudad explorando las antiguas minas de sal y los castillos, admirando la grandeza de las basílicas góticas y aprendiendo sobre las partes trágicas de la historia judía de Polonia.
Castillo de Wawel
Encaramado en una colina del casco antiguo, El Castillo de Wawel es una visita obligada en Cracovia y una parte clave del pasado y el presente de Polonia. Puedes explorar los elementos más emblemáticos del castillo, incluidos los Apartamentos Reales y Capilla de Segismundo, que están abiertos al público.
La fábrica de Oskar Schindler
Una experiencia aleccionadora, La fábrica de Oskar Schindler rinde homenaje al propio Schindler, cuya resistencia a los nazis salvó la vida de 1.200 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Esta popular exposición ofrece una visión más profunda de la vida en Cracovia durante la ocupación alemana.
Basílica de Santa María
Elevándose sobre la plaza del mercado central y siendo un espectáculo de belleza arquitectónica y diseño, La Basílica de Santa María es la pieza central ineludible de Cracovia. Además de sus impresionantes torres gemelas que dominan el horizonte de la ciudad, uno de los retablos de madera más grandes del mundo hace de esta atracción una visita obligada.
Memorial de Auschwitz
Antiguo campo de concentración y exterminio, el Auschwitz Memorial es un conmovedor homenaje a las víctimas de los crímenes nazis durante la II Guerra Mundial. El monumento se encuentra a una hora en coche o a unos noventa minutos en tren del centro de Cracovia.
Mina de sal de Wieliczka
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y fascinante reino enterrado en las profundidades del subsuelo, la mina de sal de Wieliczka es una visita obligada durante tu primera estancia en Cracovia. En una excursión de un día, explora las cámaras, pasadizos y capillas talladas intrincadamente en las paredes de sal. Cerrada en 1996, pero originaria del siglo XIII, esta capilla es sin duda un recuerdo imborrable.