8. Malta: Mdina, Acantilados de Dingli y Jardín Botánico de San Antón
Comienza visitando la antigua ciudad medieval de Mdina, famosa por sus opulentos palacios y fortificaciones, su arquitectura medieval y barroca y su patrimonio antiguo. Esta majestuosa ciudad es sin duda uno de los destinos más evocadores de la isla.
Sirviendo como la ciudad capital de la isla desde la antigüedad hasta el período medieval, Mdina es verdaderamente una ciudad encantadora. Un paseo por sus estrechas calles, que no han cambiado mucho en los últimos 1000 años, es una visita obligada para cualquiera que visite las islas maltesas. Sin duda, es uno de los mejores ejemplos de Europa de una antigua ciudad amurallada/fortificada. Explore esta ciudad histórica con un guía local experimentado y adéntrese en el rico pasado de la ciudad mientras explora sus calles medievales. Realice un viaje en el tiempo admirando los magníficos palacios e iglesias en la mezcla única de estilos medieval y barroco de la ciudad, así como las espectaculares vistas panorámicas desde los altos muros de los bastiones.
Saliendo de Mdina a través de la 'Puerta griega', se dirige a los acantilados de Dingli, ubicado frente al pueblo de Dingli en la costa occidental de Malta, a unos 253 metros sobre el nivel del mar. Estos acantilados representan el punto más alto de las islas maltesas. Los acantilados proponen una vista majestuosa; ¡Las vistas de los campos en terrazas debajo y el panorama de los vastos mares abiertos con la pequeña isla deshabitada de Filfla como telón de fondo son realmente impresionantes! Dada su impresionante altura, los acantilados pueden considerarse fuertes naturales, ya que ningún atacante puede acercarse a la isla desde el oeste. Encaramado en el borde, marcando el punto más alto de las islas maltesas, se encuentra una pequeña y hermosa capilla construida en 1646, dedicada a Santa María Magdalena.
El recorrido finaliza con una visita al Jardín Botánico de San Antón, ubicado en el pueblo de Attard. Estos hermosos jardines fueron construidos a principios del siglo XVII por el Gran Maestre Antoine de Paule para complementar su residencia de verano; Palacio de San Antón, que se encuentra en el perímetro de los jardines y que hoy sirve como residencia del presidente maltés.
Abierto al público desde 1882, los jardines tienen varios senderos rodeados de fuentes y estanques habitados por familias de patos, cisnes, pavos reales, pavas y tortugas y abarcan una gran variedad de árboles y flores de todo el mundo, incluida una variedad de palmeras. árboles, cipreses, jacarandas, araucarias y otras plantas exóticas, algunas de ellas con más de tres siglos de antigüedad.
Durante todo el recorrido, guías expertos y experimentados le brindarán información fascinante y mejorarán su experiencia a través de narraciones y narraciones interesantes.