Lisboa, ciudad antigua, ciudad de contrastes y encrucijada de culturas, secretos y misterios, que con innumerables rostros crea su propia identidad, aunque acabemos vislumbrando o dando por sentado erróneamente algunos aspectos de la metrópoli, como que San Antonio es el santo protector de la ciudad.
Su situación privilegiada, al lado del río Tajo, un río tranquilo y de buena profundidad, junto a minas de metal y en la zona de los renombrados caballos lusitanos, la convirtió en punto de parada de fenicios, griegos, romanos y árabes, incluso los cristianos conquistaron definitivamente la villa.
Ciudad a la sombra del Castillo de São Jorge, tiene varias facetas, desde la medieval, en sus barrios más antiguos, hasta la renacentista, en la Avenida da Liberdade o Belém, o la posmoderna, en la zona del Parque das Nações.
Ciudad punto de partida de la epopeya de los Descubrimientos, que permitió a los portugueses crear intercambios comerciales con innumerables civilizaciones, desde la japonesa hasta la brasileña. A cambio recibimos un crisol de influencias globales que moldearon la ciudad de forma única con la presencia de marineros asiáticos, mercaderes árabes, libertos africanos y comerciantes sudamericanos, hasta el ocaso de la fase dorada de la Historia portuguesa. El "canto del cisne" llega con el terremoto de 1755, que arrasó por completo la zona ribereña de la ciudad, acabando con cualquier rayo de esperanza de retorno a la gloria pasada. Sin embargo, la ciudad renació de este desastre, convirtiéndose en una ciudad moderna y cosmopolita tras las invasiones napoleónicas y la guerra civil entre Pedro y Miguel, un lugar donde la cultura se afianzó con figuras destacadas como Almeida Garrett, Fernando Pessoa, Alexandre Herculano, dando lugar así a cafés emblemáticos como el Brasileira o el Nicola, junto con el nacimiento de teatros que son postales de Lisboa, como el D. Maria II.
Hoy es una ciudad global, que combina la historia de la mano de la tecnología, lo clásico con lo moderno, el arte con la educación, el turismo con el comercio.