
1. La ropa es muy importante
¡Atención a todos, Buam und Madln (o sea, “chicos y chicas” en bávaro)! La vestimenta es tan importante en Oktoberfest como la propia cerveza. Créenos, llevar un traje típico supone la mitad de la diversión. Las chicas tienen miles de Dirndls diferentes entre los que elegir. Estos vestidos tradicionales consisten en un corpiño y una falda, una blusa con mangas abombadas y un delantal. ¿Y para los chicos? Pues los típicos Lederhosen: unos pantalones cortos de cuero muy codiciados en el pasado por su fuerte tejido y utilizados por la gente que realizaba trabajos físicos. Añádele un Tirolerhüte, o sea, un sombrero bávaro, ¡y estás listo para entrar en las carpas del festival!

2. No te olvides de la comida
Aunque el Oktoberfest es famoso por la bebida, también es un buen lugar para disfrutar de la gastronomía típica alemana. Para empezar, es imposible sentir el efecto refrescante de la cerveza sin comer algo salado antes. Los Brezn, o pretzels, son perfectos para esto. Si tienes un poco más de hambre, te recomendamos que pruebes el Schweinebraten, un plato bávaro que consiste en piezas de cerdo asadas al horno con cerveza negra y cebolla. Si prefieres probar el plato más clásico de todos, entonces una deliciosa Würstl mit Sauerkraut (una salchicha con chucrut) es la opción perfecta para ti.

3. Recuerda mirar a los ojos a la hora de brindar
Quizá la palabra más importante que todos los visitantes al Oktoberfest deben recordar es Prost, el equivalente alemán a nuestro “salud”. Escucharás por todas partes a amigos y desconocidos que lo dicen, lo gritan o lo balbucean (dependiendo del alcohol que lleven ya en sangre) al juntar sus enormes jarras de Bier. Sin embargo, hay un elemento crucial a la hora de brindar en Alemania que nunca debes olvidar: mirar a los ojos. Si quieres hacerte pasar por un bávaro de verdad, asegúrate de mirar siempre a los ojos a la persona con la que estás brindando. ¿Qué pasa si no lo haces? Pues que los alemanes que te rodean te mirarán con cara de pocos amigos y, lo que es peor, estarás sentenciado a siete años de mal sexo, así que vete preparado para sostener la mirada a todo el mundo con el que brindes… Y, en caso de no hacerlo, aténte a las terribles consecuencias.

4. Pide en alemán… O quizás es mejor que no
Antes de pedir la cerveza que más te gusta, tienes que llegar hasta la carpa correcta. Hay un total de 14 diferentes, ¡así que no tomes una decisión a la ligera! Una vez llegues a la carpa con la cerveza que has elegido, solo tienes que buscar un sitio. Ya lo único que te queda es pedir la cerveza. Aunque puedes ser educado y pedir usando ”Ein Bier, bitte”, las carpas siempre están muy llenas de gente y hay mucho ruido. Por esta razón, es mucho más fácil sonreír, levantar un dedo (o dos, o tres, o cuatro…) y tu cerveza llegará a tus manos mucho antes de lo que te imaginas. ¡A disfrutar!

5. Conoce los diferentes tipos de cerveza bávara
Aunque toda la cerveza bávara es exquisita, las cervezas especiales de Oktoberfest suponen una experiencia única y exclusiva del festival. Con un contenido de alcohol superior al de las cervezas normales, a estas cervezas se las conoce como las “6 grandes”. Las cervecerías incluyen Augustiner, Paulaner, Spaten-Franziskaner, Löwenbräu, Hacker-Pschorr y Hofbräu. ¿Te gusta la cerveza ligera? Entonces, pide una Helles. ¿Te sientes un poco triste? Prueba una Dunkel. ¿Te apetece un poco de trigo? La Hefeweizen es la opción para ti. ¿O quizás quieres que la resaca no sea tan horrible? La Radler (mitad Helles mitad refresco de limón) te puede ayudar con eso.

6. Descubre cómo empezó esta fiesta
Lo que es en la actualidad el mejor festival de cerveza del mundo empezó como un evento de la realeza en 1810. La fiesta fue un banquete de bodas en honor al príncipe heredero Luis, que más tarde se convertiría en el rey Luis I, y la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. Ese día todos los habitantes de Múnich se reunieron para festejar frente a las puertas de la ciudad. La ocasión siguió celebrándose hasta 1819, cuando las carreras de caballos quedaron reemplazadas por carros de cerveza y se aprobó un nuevo decreto: la fiesta debía celebrarse cada año. Desde entonces, el evento solo se ha cancelado en 24 ocasiones, principalmente debido a guerras y epidemias. Pero no te preocupes, ¡sabemos de sobra que este año sí que se va a celebrar![:]