
1. Descubre París a tu propio ritmo
Ningún resumen de los lugares más destacados que visitar en Francia estaría completo si no mencionase su icónica capital. Ya sea tu primera o tu enésima visita, París nunca dejará de sorprenderte, sobre todo si exploras museos famosos en todo el mundo como el Louvre y el Orsay. ¡La lista de cosas que hacer, ver y (muy importante) comer en París es interminable! Puedes probar a hacer unos esponjosos y dulces “macarons” o la baguette más exquisita. Sin embargo, París siempre cobra vida al ponerse el sol. Regálale a tu pareja unacena gourmet en lo alto de la Torre Eiffel antes de atravesar rápidamente la ciudad hasta el Moulin Rouge.

2. Conoce la capital vinícola de Francia
Puede queBurdeossea la ciudad más infravalorada de todo Europa, y lo comprobarás en cuanto llegues a la Puerta de Cailhau y continúes por las calles adoquinadas de Saint Pierre, el centro histórico medieval. A pesar de tener siglos de historia, las calles de Saint Pierre están llenas de restaurantes de moda, boutiques y (sí, lo has adivinado) vinotecas. Aquí descubrirás y saborearás lo que sitúa a Burdeos en el mapa: ¡vino de categoría mundial! Pero si quieres una experiencia realmente agradable para tu paladar, sal del centro de la ciudad y ve a una bodega cercana para pasar una tarde inolvidable con una experiencia de cata de vinos.

3. Da un pequeño paseo por Lille
Lille pasa desapercibido para la mayoría de los turistas, pero esta preciosa ciudad cerca de la frontera belga está repleta de cosas que hacer. El centro histórico, conocido como Vieux-Lille, es una mezcla encantadora de arquitectura francesa y flamenca que puedes explorar en una tarde. Fuera del centro histórico se encuentra el campanario de 104 metros de altura, al que puedes subir para admirar vistas panorámicas de la ciudad y más allá. Una vez vuelvas a tener los pies en la tierra, disfruta de un paseo por la ciudad en un clásico Citroen descapotable. ¡No hay nada más francés!

4. Retrocede en el tiempo en Estrasburgo
Estrasburgo es conocida en todo el mundo por su fascinante mercado navideño. Si no puedes viajar aquí en diciembre, no te preocupes porque la ciudad está diseñada para sorprender durante todo el año. Petite-France, el histórico barrio de los canales de la ciudad, es una maravilla para explorar en cualquier época. Este lugar Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO es un mosaico de casas coloridas con vigas de madera fácil de recorrer a pie, en bici o incluso en Segway. A pocos minutos andando o sobre ruedas,Petite-France se encuentra la catedral de Estrasburgo, el monumento más querido de la ciudad. La estructura de 142 metros de altura fue el edificio más alto del mundo durante más de 200 años y aún hoy es un lugar destacado imponente e impresionante.

5. Toma el sol en Niza
¿Quién no ha soñado alguna vez con tomar el sol en la Costa Azul? Este famoso tramo de costa en el sur de Francia es un paraíso para los amantes del sol: no solo ofrece algunas de las mejores playas de Europa, sino que también encontrarás deslumbrantes ciudades y localidades mediterráneas listas para explorar. En Niza, el sol durante todo el año, el paseo marítimo y el marisco se combinan para crear el destino más imprescindible en tu visita a esta región. Cuando hayas terminado de tomar el sol y explorar el casco antiguo de Niza, haz un crucero hasta la bahía de Villefranche y descubre el glamour francés mientras navegas junto a enormes yates.

6. Descubre la “Venecia de los Alpes”
Annecy es la mejor medicina para cualquiera que quiera pasar un par de días lejos del ajetreo de las ciudades más famosas de Francia. Esta pequeña e idílica ciudad está situada en la orilla norte del lago Annecy, a tan solo 45 minutos desde Ginebra. No te llevará mucho tiempo descubrir por qué Annecy es conocida como la Venecia de los Alpes. Esta ciudad centenaria está rodeada de montañas y cuenta con deslumbrantes canales azules que atraviesan el centro. Pasa unos días paseando junto a estas vías fluviales flanqueadas por flores y fotografiando el Palais de l’Île por el camino.

7. Llena tu cámara en Colmar
Si estás buscando un centro histórico perfecto en el corazón del país del vino, es hora de hacer las maletas y dirigirte a Colmar. Esta pequeña localidad de ensueño lleva siglos hechizando a los visitantes, sobre todo en su casco antiguo. Aquí, las callejuelas adoquinadas, los canales y las casas de colores pastel conforman un paisaje ideal en el que pasear y hacer fotos. Por suerte, Colmar no es la única ciudad preciosa de Alsacia. La región cuenta con un gran número de localidades imprescindibles como Kaysersberg, Riquewihr y Hunawihr. Estos lugares te harán creer que estás viviendo en un cuento de hadas.

8. Descubre la joya subestimada de Francia
Toulouse no es el primer nombre que viene a la mente al planear un viaje a Francia. Sin embargo, esta infravalorada ciudad ofrece montones de actividades con las que crearás bonitos recuerdos, especialmente cerca de la basílica de Saint-Sernin y la Place du Capitole. También es una base genial desde la que explorar el sudeste de Francia, así que si puedes alejarte de las festividades urbanas, lo pasarás en grande. A tan solo una hora al este de Toulouse está Carcasona, una ciudad medieval fortificada situada en la cima de una colina. Es una de las vistas más sorprendentes de Francia y un lugar verdaderamente destacado en cualquier viaje a este hermoso país.
