“Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar”. Eso declaró Robert Louis Stevenson, autor de La isla del tesoro. A menudo, la alegría de viajar no reside en llegar a ningún sitio, sino que está en el propio viaje. Quién no sueña con llevar la capota bajada, el viento enmarañando tu pelo y la carretera despejada ante ti. Gracias a ese paisaje que cambia sin cesar, los viajes por carretera han inspirado muchas buenas películas. Desde viajes en moto por carreteras secundarias de Sudamérica hasta aventuras a dedo por Alaska. Aquí tienes algunas de las mejores:
1. Viaje a Darjeeling
Esta joya de Wes Anderson te trasladará instantáneamente a los dorados desiertos de Rajastán. Durante un agitado viaje en tren, tres hermanos que se habían distanciado emprenden un viaje de reconciliación. Rodada en Jodphur (la ciudad azul) y sus alrededores, Viaje a Darjeeling es un billete de ida a algunos lugares exóticos fantásticos. Cuando veas a Adrien Brody y a sus compañeros de reparto atravesar el desierto en moto, vas a querer unirte a la aventura.
2. Casi famosos
Viajar por carretera es una experiencia inolvidable. Pero estar de gira con una banda de música aún más. ¿Acaso no es el sueño de cualquier músico en ciernes? En este clásico que relata un viaje hacia la madurez, seguimos a un periodista adolescente de San Diego que se une a la gira de la banda ficticia Stillwater. Sin embargo, las protagonistas de esta película no son las chaquetas de cuero, sino las interminables carreteras abiertas de los Estados Unidos. Si siempre has querido recorrerlas, súbete al autobús de esta divertida aventura.
3. Hacia rutas salvajes
Asegúrate de tener a mano un paquete de pañuelos porque es posible que se te salte alguna lagrimilla. Esta historia es un viaje de descubrimiento personal a través de la espectacular naturaleza de Alaska. Está basada en la vida de Christopher McCandless, que abandonó sus posesiones para hacer autostop hacia lo desconocido. Aunque esta forma de viajar no casa con todo el mundo, seguro que te cautivará, al menos emocionalmente.
4. Diarios de motocicleta
La imagen del revolucionario Che Guevara estampada en camisetas de todo el mundo es un clásico. Pero, en sus inicios, el Che era tan solo un intrépido explorador que recorría las carreteras secundarias de Sudamérica en moto. Esta profunda epopeya es un viaje lleno de baches a través de Argentina y por el elevado Camino del Inca. Aunque fue testigo de terribles injusticias por el camino, la película también deja clara una cosa: tuvo algunas aventuras extraordinarias.
5. Withnail y yo
Dos actores sin trabajo caminando por el barro en el norte de Inglaterra no parece una buena forma de empezar una película de viajes, ¿verdad? Sin embargo, esta comedia (que se ha convertido en un clásico de culto) hará que te rías a carcajadas. La poesía de su más que acertado guion se refleja en el poético paisaje del Distrito de los Lagos. Si alguna vez has tenido un viaje desastroso, esta historia sobre vacaciones desafortunadas va por ti.
6. Pequeña Miss Sunshine
Un viaje de más de 1000 kilómetros por carretera en una furgoneta Volkswagen sería un sueño hecho realidad para muchos viajeros. Aunque si llevaras a bordo a una familia disfuncional y tuvieras que llegar a la otra punta del país en dos días para que tu hija asistiera a un concurso de belleza en Redondo Beach, quizá sería menos atractivo. Este escenario improbable es lo que hace que la película sea tan entretenida.
7. Miedo y asco en Las Vegas
“Un viaje salvaje al corazón del sueño americano”. Sí, el título completo de la novela que inspiró la película lo dice todo. Sin embargo, además de mostrar las salvajes estancias en hoteles de Las Vegas, también es una exploración psicodélica de la contracultura de los años 60. Súbete al asiento trasero de un Chevrolet descapotable de alquiler mientras atraviesas el desierto de Nevada a toda velocidad. Todo desde la comodidad de tu sofá, por supuesto.
8. Todo está iluminado
A veces, la línea entre la comedia y el drama conmovedor es difícil de distinguir. Sin embargo, esta convincente historia de un hombre judío-estadounidense que se reencuentra con sus raíces del Este europeo consigue dar en el clavo. Verle viajar en un coche destartalado por los paisajes ucranianos ya de por sí es bastante entretenido, pero si, además, añades un traductor con un inglés dudoso y un perro desquiciado, el viaje se convierte en una auténtica aventura.
