Demasiada gente, muy lioso tanto pasillo, al final no sabes qué has visto y qué no. Mucho merchandising. La audioguía muy complicada, se precisa un curso para aprender a usarla. El Louvre, sin embargo, es el Louvre y de por sí ya merece la pena ser visitado.

Compramos los tickets con anticipación y tardamos 5 min en entrar, una vez que entras te recomiendo mucho el audio guía, cuesta entenderle para saber cómo usarlo pero en cuanto lo haces te va guiando y te resalta las principales esculturas que no deberás perderte en el museo así como te da una explicación de cada sala o bien de las esculturas importantes en lugar que tengas que leer los carteles de este manera avanzas mientras sigue corriendo la explicación en definitiva lo recomendaría.

Falta al principio un poco de explicación al llegar sobre las posibilidades y funcionamiento de la audio guía e íbamos un poco perdidos, pero un empleado que encontramos nos lo explicó y a partir de ahí fue un disfrute.Imprescindible la audio guía para situarte y no perderte nada.