1. Nueva York: entrada al Museo del Helado
Entra por las puertas rosas del Museo del Helado y adéntrate en un mundo de pura imaginación. Saca tu niño interior o diviértete con tus hijos con exposiciones que presentan diversas instalaciones diseñadas para atraer y deleitar a niños de todas las edades. Si visitas el museo en un día laborable, la experiencia será más tranquila. Una vez dentro, explora las exposiciones imaginativas y multisensoriales que dan vida a tus sueños más deliciosos. Saborea las golosinas más dulces en una mágica mesa flotante, deslízate por un épico tobogán de tres pisos, da un paseo celestial en un metro rosa del Museo del Helado y sigue el zumbido hasta una colmena gigante de la "Abeja Reina". Prueba los sabores característicos del museo y los deliciosos helados a lo largo del recorrido, antes de darte un chapuzón en la piscina de granas de colores más grande del mundo. Toma todas las fotos para Instagram que quieras. Cuando termines la experiencia, no dejes de explorar la pintoresca tienda del museo. El Museo del Helado no es un museo tradicional: todas las instalaciones son interactivas, lo que significa que no solo se puede tocar, sino que se anima a que los visitantes lo hagan. Puedes acudir con tu pareja, amigo o familiar para vivir una experiencia exclusiva de Noche en el Museo en el Museo del Helado. Comienza la noche con un cóctel de autor y despierta tus sentidos a través de una experiencia teatral. Después del cierre, disfruta de una visita completa a las 13 mágicas instalaciones del museo, junto con actividades especiales y golosinas diseñadas para celebrar el amor en todas sus formas. Satisface tus ganas de dulce con un supercono rosa.