Sal de Tel Aviv y viaja por la costa mediterránea parando por Herzilya y Natanya.

Llega al primer punto de interés, la ciudad de Cesarea que fue construida bajo Herodes y que debe su nombre al emperador romano César.

Aprende de lo que queda de la antigua ciudad cómo fue una ciudad próspera y lujosa.

Entre las excavaciones arqueológicas, ve vías de acceso, un foso y muros y salas bien conservadas.

Visita el anfiteatro romano perfectamente conservado que todavía se utiliza hoy en día para las actuaciones de artistas israelíes e internacionales.

Pasa por parte de lo que antes era un hipódromo y los restos de un templo romano que se situó por encima del puerto.  Sigue en dirección al norte a través de Haifa, donde harás una parada para ver el impresionante Santuario del Báb y sus jardines. Pasea por los jardines en terrazas que caen en cascada por la montaña hacia la ciudad situada a sus pies.

Observa cada una de las 19 terrazas repletas de flores de colores y diseños paisajísticos. Después, haz una parada en Rosh Hanikra, el punto más al norte a lo largo de la costa mediterránea de Israel.

Desciende en teleférico a la red de grutas de piedra caliza creadas por el bombardeo constante de las olas contra las rocas. En el viaje de regreso al sur, haz una parada en Acre (Akko), la ciudad cruzada más grande del país. Admira lo bien que está conservada la ciudad y déjate impresionar por su increíble arquitectura.

Parte de la ciudad está llena de mercados y personas que aún viven en los edificios antiguos.

Ve los muros y el foso que fue reconstruido y restaurado por El Jazzar al final de la década de 1900. Averigua cómo los poderosos muros impidieron que incluso Napoleón conquistara la ciudad.

Por último, observa los restos cruzados, la prisión que se utilizaba bajo el dominio turco y la horca que se utilizó durante el mandato británico para colgar a judíos que infringían la ley que limitaba la inmigración judía a Palestina después de la Segunda Guerra Mundial.